Hace algún tiempo vengo observando en mi entorno y en algunas de las personas a las que he acompañado en mis sesiones lo complicado que nos resulta reconocer nuestros logros y nuestras propias cualidades. Parece como si amarte a ti misma y el verbo «merecer» hayan sido creados únicamente para ser utilizados en tercera persona.
En este post tú eres la protagonista porque es a ti a quien corresponde honrar al papel principal de esa gran aventura que es tu vida y es a ti a quien te corresponde conocerte para poder caminar con paso más firme y siendo mucho más consciente de la persona que eres en esencia.
Hoy quiero compartir contigo mis reflexiones y aprendizajes acerca del placer de amarte a ti misma más que a ninguna otra persona en este mundo, por si te resuenan y pueden servirte en tu propio camino de autoconocimiento. ¿Comenzamos?
Amarte a ti misma: esa asignatura pendiente
Reconciliándome conmigo misma: mi propia experiencia
Hasta 2013 yo iba dando bandazos por el mundo escondiéndome, guardando para mis adentros mi lado más sensible por temor al rechazo y porque me daba un miedo atroz mostrar mi lado más vulnerable.
Ese año, cansada de no darme permiso para ser yo, decidí indagar más dentro de mí, abrazar el miedo y aprender a gestionar mis bloqueos internos.
Para lograrlo, comencé un intenso (pero no por ello menos apasionante) trabajo de autoaceptación, en el que, de forma totalmente decidida y consciente, fui descubriendo más acerca de mis luces y mis sombras.
Hasta que descubrí que las sombras también pueden llegar a ser una fuente inagotable de luz.
Sólo cuando reconoces todo el amor que hay te sientes totalmente preparada para compartirlo con los demás, haciéndolo desde el corazón, de un modo mucho más consciente, altruista y auténtico.
Cuando un día te miras al espejo y aceptas a la mujer que ves reflejada en él, te vuelves irremediablemente imparable. Porque entonces empieza a importarte bastante menos qué dirán, si eres objeto de comentarios o si antes te sentías un bicho raro incomprendido.
Es en ese momento cuando tu yo se convierte en un YO en mayúsculas. Un YO empoderado y fortalecido que avanza en su camino teniendo muy presente el valor de sí misma, abrazando tanto lo cómodo como aquello que no lo es tanto.
Reconocerte y aceptarte a ti misma es el primer paso hacia tu libertad
La importancia de asumir tu responsabilidad
Por lo que he podido observar a lo largo de toda mi vida, vamos creciendo siempre esperando el cariño y la aceptación de nuestro entorno a todos los niveles.
Nos gusta sentirnos consideradas por nuestras amistades, valoradas como profesionales y queridas por nuestros familiares más cercanos.
Muy a menudo, nos relacionamos con los demás cayendo en el error de esperar que sean los demás quienes nos acepten, valoren y nos quieran, olvidando nuestra parte de la responsabilidad.
¿Crees que es coherente esperar que nos quieran cuando no nos queremos ni nosotras mismas? Ya sé que es una pregunta muy cruda, pero… ¿Te lo has planteado alguna vez?
Rosa Morel, emprendedora y copywriter freelance, sabe muy bien de qué hablo y, por ello, quiero compartir contigo la historia personal que nos cuenta en este vídeo, una experiencia que me dejó sin palabras.
Tal vez tú en algún momento te hayas sentido como Rosa, o tal vez estés sintiéndote ahora como se sintió ella en el pasado. Su historia me parece realmente inspiradora y, por eso, me apetecía compartirla contigo.
¿Sabes? Todas nacemos siendo valientes, sólo que algunas necesitamos más tiempo para descubrirlo.
Todas tenemos agallas y alas para volar tan lejos como nos propongamos, sólo que a veces una venda invisible (llamémosla miedos) nos impide verlo con claridad y darnos cuenta de ello.
En cualquier caso, te recuerdo que esa venda no tiene por qué cegarnos eternamente y que tú tienes la fuerza necesaria para deshacer el nudo que la sostiene cuando te sientas preparada para ello.
Vas a convivir mucho tiempo contigo misma y eres la persona con la que más vas a compartir. Más que con cualquier otra persona que exista en este mundo.
Por esta razón, no deberías conformarte con menos de lo que puedes alcanzar, y eso sólo es posible cuando tienes claro quién eres y hacia dónde vas.
Porque el verbo «merecer» también puede ser conjugado en primera persona
Cómo aprender a amarte a ti misma
En los libros de texto no nos enseñan cómo querernos, ni tan sólo cómo conocernos.
Seguro que en tu día a día absorbes decenas de noticias escritas en tercera persona que hacen referencia a los logros de los demás, como si comentar o publicar los propios estuviera censurado y no fueran merecedores de una primera, segunda o tercera página.
Te invito a hacer una reflexión: ¿cuántas veces en el último año has utilizado la expresión «¡Cuánto me alegro! ¡Se lo merece!»?
Y ahora otra reflexión: ¿Cuántas veces has pronunciado esas mismas palabras en primera persona?
Por si tú no lo has hecho, déjame que te recuerde (porque puede que ya lo sepas, aunque te avergüence reconocerlo) que sí, que tú también eres capaz de lograr lo que te propongas y mereces disfrutar de cosas maravillosas.
Porque, aunque ahora tal vez creas que me estoy poniendo algo filosófica o intensa, tu vida es un regalo alucinante y tan sólo con tu presencia seguramente llenes de alegría el corazón de muchísimas personas.
Pero recuerda: tu presencia también debería hacerte estallar de alegría A TI.
Cada día, cada semana, cada mes… Mereces honrarte y quererte. No hagas como hacía yo en el pasado.
No escondas todo el amor que hay en ti por miedo a que te hagan daño o por miedo a ser diferente. Amarte a ti misma y honrar la belleza que hay en tu interior es lo mejor que puedes hacer por tu propio bienestar.
En realidad, como nos recuerda la película Belleza Oculta, todas estamos conectados y todas deseamos recibir amor. Eso significa que, en el fondo (y no tan en el fondo), todas nos parecemos más de lo que creemos o de lo que estamos dispuestas a admitir.
El camino hacia el auténtico cambio personal comienza en ti, en conocerte y aceptarte. En abrazar todos y cada uno de tus defectos, todos y cada uno de tus errores, y recordar que cada día puede ser el inicio de algo maravilloso.
Atrévete a conectar contigo misma.
No importa cuánto te equivocaste en el pasado, lo que cuenta de verdad es la persona en la que puedes convertirte en un futuro y en todo lo que puedes hacer por ti (si tú quieres).
Amarte a ti misma es un asunto urgente. Y un placer que te acercará a sabores y emociones nuevas. Serán sabores con nombre de Felicidad, Bienestar, Plenitud, Serenidad, Alegría, Tristeza, Conciencia… y te aseguro que quieren conocerte.
¿Les tiendes la mano? Deja la otra libre, que te tiendo la mía.
4 comentarios en «El placer de amarte a ti misma»
Pues pienso que es verdad que no nos dejamos querernos. Por que nos cuesta?’.
A partir de ya!! Me voy a querer un monton . Y la verdad es que ayuda que nos lo vayan recordando.
Gracias
Muchas gracias por tu comentario, Ana! A por ello!
En parte, nos cuesta porque, desde la infancia y en países como España, no nos educan para brillar ni para apreciar nuestras capacidades.
Siempre hay un momento para dar el paso, siempre mejor ahora que nunca.
Un fuerte abrazo y gracias por tus palabras!
Alicia
La mayoría de las veces estamos pendientes de motivar a los demás, decirle cosas buenas,resaltar sus atributos, sus características positivamente pero muy pocas veces nos vemos a nosotros de esa manera positiva, nos halagamos, la mayoría de las veces nos vemos en el espejo es para resaltar nuestros defectos y los errores que hemos cometido creo que ya es tiempo de empezar a querernos un poco más, a darnos cuenta que también somos seres hermosos, importantes y que no necesitamos que otras personas nos lo estén diciendo.
Hola Tanahí,
Muchas gracias por tus palabras, buena reflexión!
Un abrazo.
Alicia
Finalidad » moderar los comentarios.
Legitimación » tu consentimiento.
Destinatarios » los datos que me facilitas estarán ubicados en los servidores de Webempresa (proveedor de hosting de Abrazandoelcambio.com) dentro de la UE. Ver política de privacidad.
Derechos » podrás ejercer tus derechos a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos.